La crisis financiera y económica que nos consume a pasos agigantados no es patrimonio exclusivo de nuestro país, como muchos pretenden hacernos creer, no se sustenta sólo en años de derroche presupuestario, ni mucho menos en la odiosa frase de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
La crisis financiera y económica que nos azota no es debida solamente a la especulación que anida en la bolsa tratando de obtener réditos desmesurados de valores, créditos y préstamos, ya sean soberanos o no, ni tan siquiera en la cínica posición de países que creen que su solidez económica se apoya en su buen hacer y no en la usura de sus instituciones financieras y bancarias al prestar dinero a otros países menos sólidos económicamente.
La crisis financiera y económica que nos destruye, no se debe a las periódicas fluctuaciones que la economía del sistema capitalista de mercado contiene en su propia naturaleza, a pesar de sus virtudes y defectos.
No. La crisis financiera y económica no se debe a todo esto, porque, todo esto, son los efectos y no la causa. Causa, que hay que buscar, irremediablemente, en un modelo de sociedad que provoca todos estos indeseados efectos. Un modelo, definitivamente, extendido a todos los continentes, países y sociedades que se basa en la expansión y el desarrollo sin límites.
No importa el medio ambiente, no importa la conservación de la naturaleza, no importa la humanidad, no importa el equilibrio en el que se ordena todo el universo. Se trata de producir y producir para consumir, sin límites de ningún tipo y clase.
Alguien podría pensar que la burbuja inmobiliaria es una característica propiamente española de esta crisis. No es cierto. Es una característica que configura un modelo de desarrollo que afecta a muchos países de todo el mundo.
Robert Harding Pittman (Rochester, New York, 1966) es un fotógrafo que creció entre dos mundos, el norteamericano y el alemán, dado el origen germano de su madre y el americano de su padre, y en su extensa obra se ha preocupado de denunciar este modelo absurdo de crecimiento, que no es patrimonio de una sola nación o de una ciudad, sino de muchas.
Para corrobar sus reflexiones acaba de publicar el libro Anonymization (editado por Kehrer Verlag) que siendo un proyecto que iniciara para la ciudad de Los Angeles, se vió ampliado a otras ciudades norteamericanas y países como España, Francia, Alemania, Grecia, Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur.
Les presento alguna imágenes de su proyecto y libro, con el convencimiento de que mis reflexiones, que coinciden con las suyas, no son erradas ni desencaminadas y con la esperanza de que sirvan, al menos, para hacernos pensar un poco más a todos, en la búsqueda de una reacción que nos permita dar el primer paso y decir ¡basta!.
Foto portada y fotos: Anonimization (book), Robert Harding Pittman (Todos los derechos reservados)
1. Blue Diamond, Las Vegas
2. Dubailand, Dubai
3. Faula Golf, Benidorm
4. Ikea, A-1, Kamen, Alemania
5. Ikea, Roissy, Francia
6. Interestatal 5, LA Country
7. LA Country
8. Oficina Inmobiliaria abandonada, Benidorm
9. Pangyo, Seul
10. Pizza Hut abandonada, Nuevo México, USA
11. Pusan, Corea
12. Dubai
13. Urb. Camposol, Murcia
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