La primera gran lección que surge de la situación en la que nos ha emplazado el COVID-19 no es otra que la de la corresponsabilidad: sentir que de las acciones de cada uno depende la suerte de quienes te rodean, y de que cada uno de nosotros depende de los demás.
Muchas cosas deberán cambiar cuando se mitigue la pandemia y de entre las muchas reflexiones que deberemos hacer, una de las prioritarias no será otra que la de cambiar nuestra relación con nuestro entorno y con nosotros mismos.
No podemos seguir con el actual sistema de productividad y consumo que ha llevado al planeta a su agotamiento. No podemos seguir aislados pensando solo y exclusivamente en uno mismo. O somos un todo, o no somos nada. No podemos seguir desconectados de la realidad.
Disconnecting Connection es una serie de Al Lapkovsky (1981, Daugavpils, Letonia) que pone de manifiesto los cambios trascendentales que están aconteciendo en la última década con la aparición de las redes sociales.
«According to various studies, some kids spend an average of 7.5 hours in front of screens each day. That’s right, 7.5 hours. That’s about as much time most adults spend at work each day. Teens now spend up to nine hours a day on social platforms alone. Astonishingly, the average person will spend nearly two hours (approximately 116 minutes) on social media everyday, which translates to a total of 5 years and 4 months spent over a lifetime. Currently, total time spent on social media beats time spent eating and drinking, socializing, and grooming. The realization of how much the average person actually spends on social media comes into sharper focus when comparing the figure (five years and four months) to the one year and three months we will spend over a lifetime socializing with friends and family in real life.We are disappearing, cease to exist, perish. We can’t imagine our lives without the blue screens. We are bombarded with news, updates and statuses. We’ve got thousands of friends and yet we are alone. We are semi-transparent, lost in the blue light of useless information and a fake feeling of belonging.
The main goal of this project is to illustrate how we keep disconnecting from the reality around us at any given moment and becoming engaged in something that is perhaps real but not that important and relevant right now; How we just by the nature of habit choose more often to look at the screen instead of looking around, to text someone instead of talking to a person sitting in front of us; How our mind becomes global in the sense that we can engage in a conversation with people we barely know and at the same time ignore someone very close and real». Al Lapkovsky.
«Según varios estudios, algunos niños pasan un promedio de 7,5 horas frente a las pantallas cada día. Es correcto, 7,5 horas. Eso es más o menos el mismo tiempo que la mayoría de los adultos pasan en el trabajo cada día. Los adolescentes ahora pasan hasta nueve horas al día sólo en las plataformas sociales. Sorprendentemente, la persona promedio pasará casi dos horas (aproximadamente 116 minutos) en las redes sociales todos los días, lo que se traduce en un total de 5 años y 4 meses en toda una vida. En la actualidad, el tiempo total dedicado a los medios sociales supera al tiempo dedicado a comer y beber, a socializar y a asearse. La comprensión de cuánto tiempo pasa realmente la persona promedio en los medios sociales se hace más evidente cuando se compara la cifra (cinco años y cuatro meses) con el año y los tres meses que pasamos durante toda la vida socializando con amigos y familiares en la vida real. Desaparecemos, dejamos de existir, perecemos. No podemos imaginar nuestras vidas sin las pantallas azules. Estamos bombardeados con noticias, actualizaciones y estados. Tenemos miles de amigos y sin embargo estamos solos. Somos semitransparentes, perdidos en la luz azul de la información inútil y en un falso sentimiento de pertenencia.
El objetivo principal de este proyecto es ilustrar cómo seguimos desconectándonos de la realidad que nos rodea en un momento dado y comprometiéndonos en algo que quizás sea real pero que no es tan importante y relevante en este momento; cómo, por la naturaleza de la costumbre, elegimos con más frecuencia mirar a la pantalla en lugar de mirar a nuestro alrededor, enviar un mensaje de texto a alguien en lugar de hablar con una persona sentada frente a nosotros; cómo nuestra mente se vuelve global en el sentido de que podemos entablar una conversación con personas que apenas conocemos y al mismo tiempo ignorar a alguien muy cercano y real». Al Lapkovsky
Foto portada y fotos: de la serie Desconnecting Connection de Al Lapkovsky
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