Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

Antifotografía

No es la primera vez y lamentablemente creo que no será la última. Suelo utilizar dos vías para acceder a la información que nutre esta página, unas veces navego por el amplio y proceloso océano de internet en busca de una noticia o una información que resulte subjetivamente interesante y que, en potencia, pueda ser trasladada a la ventana pública de esta web y otras, reviso mi buzón de correo electrónico que, a diario, recibe abundantes comunicaciones y noticias que me envían numerosas entidades, instituciones, museos, galerías, medios de comunicación y fotógrafos de todo el mundo.

No es por presumir, pero consta que quienes visitan este sitio y quienes reciben sus news son un colectivo relativamente amplio que se reparte a lo largo y ancho de todo el mundo. En cualquier caso, antes como colectivo y ahora como el llanero solitario no pretendo romper registros ni récords de audiencia, pues mi intención siempre ha sido enriquecer la cultura fotográfica y comunicar aquello que me parece atractivo desde la particular visión que tengo de ella, eso sí, reflexionar sobre fotografía tiene como condición irrenunciable el que pueda ver imágenes y que pueda trasladarlas a quienes me visitan o siguen.

En esta tarea andaba, desde mi lugar de descanso temporal, cuando revisando el correo me he encontrado con un aviso de noticia de Fotógrafo Digital en el que me informaban de una exposición en el Palau de la Virreina en Barcelona, cuyo título es Antifotoperiodismo en la que participan «destacados fotógrafos, artistas, reporteros, realizadores y teóricos de la imagen».

No tengo nada contra esta exposición pues no he tenido la oportunidad de ir hasta Barcelona para verla y supongo que como yo, miles de personas interesadas en el medio fotográfico. No escarmentamos.

Cómo es posible tener una ventana abierta al mundo de la imagen y no colgar de tu web ni una sola imagen.

Cómo puede ser que no acompañes el texto narrativo de las intenciones de la exposición y no mostrar imagen alguna de cualquiera de los autores, es que acaso piensan que con el anónimo carrusel anunciador de la exposición ya es suficiente.

Cómo puede hablarse de fotoperiodismo y ocultar las imágenes que configuran la esencia de la propuesta y la reflexión que se expone.

El mundo sigue cambiando a grandes pasos y algunos siguen sin enterarse. Acceder a la información visual deviene tan radicalmente importante como acceder a la información escrita y el compendio de ambas y su acceso libre en internet resulta no sólo enriquecedor para la cultura sino esencial para la democracia.

Qué enorme contrasentido. Informar sobre la información mediante su ocultamiento.

Foto: Ariella Azoulay