A veces debemos estar preparados para adentrarnos en el misterioso mundo en el que la fotografía habita para tratar de explorar y sobrepasar, a través de ella, los límites y los confines de las fronteras que nuestros ojos y nuestra mente se autoimponen al negarse a abandonar el mundo de las certezas y de lo que creemos es real.
Muchas veces creemos que la realidad siempre ha de estar adherida a la verdad, pero apenas que observemos con cierto detenimiento el mundo en el que vivimos constataremos que lo verosímil siempre está mucho más cerca de la ficción que de la realidad misma.
Generalmente hemos oído decir que lo digital no es más que una herramienta tecnológica que nos separa del auténtico y verdadero camino de la creación fotográfica. Nunca he creído tal afirmación, pues sinceramente pienso que la importancia del gesto artístico no reside en el instrumento con el que se vehicula ese gesto, sino que más bien, es en la mente del artista y en su pensamiento creativo en donde reside el origen del mismo y sólo, en una y otro, en donde radica la fragua en la que se forja toda la creación artística.
Los paisajes de Carl Warner (1963, Liverpool, UK ) nos alejan y nos acercan a los códigos habituales de la representación fotográfica deambulando como un hechizo y como un embrujo por los vericuetos de la mente, justo allí en un lugar en donde somos capaces de pasar, en un instante, de la realidad a la ficción.
Las imágenes de la serie Bodyscapes nos incitan a ser capaces de entender que lo real es tanto una convención social como un constructo cultural y que es en nosotros mismos, en nuestra imaginación y en nuestra ingenua mirada, en dónde reside la única posibilidad de salvar al mundo del espantoso lugar en el que lo hemos convertido y así rescatarlo del ensordecedor ruido de las discrepancias y diferencias que nos impiden ver la auténtica armonía de la vida.
Me gusta el hecho de que todo está hecho de un solo individuo, ya que le da un aspecto de retrato alternativo y se convierte en una conexión más íntima con el sujeto. También quiero evitar que las imágenes parezcan demasiado sexuales y creo que mezclar los cuerpos durante la sesión puede hacer que las imágenes se inclinen a eso. Me interesa más la forma y la estructura que da un sentido de lugar al cuerpo como el espacio en el que habitamos.- Carl Warner.
Foto portada: reproducción parcial de la foto Headless Horizon de Carl Warner.
Fotos: de la serie Bodyscapes de Carl Warner
Website: www.carlwarner.com Instagram: @carlwarnerofficial Twitter: @CarlWarner1 Facebook: Carl – Warner Official
Sometimes we must be prepared to enter the mysterious world in which photography dwells in order to try to explore and surpass, through it, the limits and confines of the frontiers that our eyes and our minds impose on themselves by refusing to leave the world of certainties and of what we believe to be real.
We often believe that reality must always be attached to truth, but as soon as we look closely at the world in which we live we will see that what is plausible is always much closer to fiction than to reality itself.
We have often heard it said that digital is nothing more than a technological tool that separates us from the authentic and true path of photographic creation. I have never believed such a statement, because I sincerely believe that the importance of the artistic gesture does not reside in the instrument with which that gesture is conveyed, but rather, it is in the mind of the artist and in his creative thought where the origin of the same resides and only in one and the other, where lies the forge in which all artistic creation is conceived.
The landscapes of Carl Warner (1963, Liverpool, UK) take us away and bring us closer to the usual codes of photographic representation, wandering like a spell and like a bewitchment through the twists and turns of the mind, right there in a place where we are able to pass, in an instant, from reality to fiction.
The images of the Bodyscapes series encourage us to be able to understand that reality is as much a social convention as a cultural construct and that it is in ourselves, in our imagination and in our naive look, where lies the only possibility to save the world from the dreadful place we have turned it into and thus rescue it from the deafening noise of discrepancies and differences that prevent us from seeing the true harmony of life.
“I like the fact that everything is made of a single individual, as it gives it an alternative portrait look and becomes a more intimate connection with the subject. I also want to avoid making the images look too sexual and I think mixing the bodies during the shoot can make the images lean towards that. I am more interested in form and structure that gives a sense of place to the body as the space we inhabit”.- Carl Warner.
Cover photo: partial reproduction of Carl Warner’s «Headless Horizon» photo.
Photos: from the «Bodyscapes» series by Carl Warner.
ATENCIÓN: Para ver adecuadamente la serie haga clic en la imagen. PLEASE NOTE: To view the series properly click on the image.
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- The-Sleeper
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- Cut-Throat-Valley-Cropped
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- Elbow-Point
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- Desert-of-Backs
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- Shoulder-Hill-Valley
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- Sleeping-men
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- The-Cave-of-Abdo-men
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- Valley-of-the-rreclining-Woman
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- Shin-Knee-Valley
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- Headless-Horizon
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- Twin-Peaks
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- Fingers-Cave
