Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

Felices Fiestas / Happy Holidays

No son tiempos felices para demasiadas personas. No ya en el mundo entero, sino muy cerca, entre nosotros. No es fácil desear felicidad cuando estás sin trabajo, o cuando te deshaucian de tu casa, o cuando se va al garete tu negocio, tu empresa o tu empleo.

Vivimos tiempos jodidamente difíciles, sobresaltados, preocupados, como si nos hubieran despertado repentinamente de un plácido sueño y como si todas aquellas creencias, valores y anclas con las que nos sujetábamos y vivíamos se hubieran convertido en humo que se lleva el viento.

Hace tiempo que el mundo se ha trastocado, se ha convertido en algo poco reconocible, inasible, extraño… Muchas de las estructuras sociales y económicas -más de las que creemos- en las que se asentaba nuestra convivencia, se nos han quedado obsoletas, arcaicas, ineficaces e insuficientes. Muchos de los valores, de los criterios, de las reglas que nos dimos, no han servido para que pudiéramos todos progresar, sino para que se beneficiaran inmoralmente algunos pocos.

Un buen amigo dice que deberíamos cerrar el país por liquidación y abrir uno nuevo con más futuro… y no le falta razón.

Es difícil desear felicidad cuando millones de nuestros compatriotas viven de la caridad ajena y de la solidaridad familiar.

De nuevo este año voy a seguir citando a Felipe G.Gil, porque no quiero desistir de su propuesta…. tenemos que volver a ser niños, inocentes, generosos, sin prejuicios, involucrados en la honestidad, la honradez, el esfuerzo, la dedicación, la solidaridad, la tenacidad, sin desmayo, sin límite, con buena cara y con humor, sin esperar premio alguno… pero comprometidos a cambiar este estado injusto, el trato inhumano, el desprecio a nuestra dignidad… decididos a no tolerar tanta estulticia, tanta corrupción, tanta necedad y tanto abuso.

Sólo así podremos crear felicidad y no sólo desearla.

Foto: Chema Madoz