Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

Gabriel Isak «The Blue Journey»

Son muchos días de confinamiento. Es mucho tiempo para pensar y, sobre todo, para reflexionar sobre el futuro.  Gobiernos, instituciones internacionales, economistas, medios de comunicación y gurús compiten por explicar, cuanto antes, cómo será el mundo de mañana, el mundo de después de la pandemia de covid-19. Todas las especulaciones que oímos, vemos o leemos apuntan a la llegada de variaciones en los sistemas económicos, sociales, políticos y culturales. Aunque también hay quienes piensan y dicen que nada va a cambiar y que todo seguirá igual.

Hasta ahora no he podido encontrar ninguna conjetura u opinión sobre la que, para mi, debería ser la única y auténtica transformación, aquella que, en esencia, tiene que ver con el cambio radical de nuestro mundo interior, de nuestra manera de sentir, de pensar, de actuar. Es ahí donde reside la auténtica metamorfósis, la verdadera mutación de todos los sistemas que rigen nuestra vida.

Llevamos mucho tiempo pensando lo contrario, mucho tiempo dejando de lado que el auténtico cambio empieza en nosotros mismos. No hemos percibido que una transformación como esta también se comporta y propaga como un virus. La sociedad solamente puede cambiar si el individuo cambia, si el individuo se implica en cambiar los paradigmas que hasta ahora le han sido dados,  si el individuo se compromete a sustituirlos por la solidaridad, por la libertad, por lo común, por lo social y por el respeto absoluto al ser humano y la naturaleza.

Mientras escribía este texto recordé la magnífica serie The Blue Journey que hace algún tiempo realizó el fotógrafo sueco Gabriel Isak (1990, Huskvarna, Suecia) y que he sentido nos habla de este cambio interior, pues no en vano su obra es una profunda meditación serena y melancólica que calma el caos de la vida y que se transforma en un viaje introspectivo que cuestiona las profundidades de la existencia. Sus imágenes pretenden hacer brillar una luz sobre las experiencias del ser y los estados de ánimo que éstas traen consigo. Sus sujetos son anónimos, con los mínimos destellos de conciencia, encerrados en escenarios monocromáticos, de modo que nosotros como espectadores podemos imaginarnos como protagonistas reflexionando sobre nuestras propias experiencias y nuestro viaje por la vida.

 

Foto portada: reproducción parcial de la foto Discovery at Dawn de Gabriel Isak.

Fotos: de la serie The Blue Journey de Gabriel Isak.

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