Perdidos y aturdidos, por la vorágine vertiginosa de los acontecimientos, deambulamos de un lado a otro de la realidad tratando de encontrar un sosiego y una calma que los media nos niegan, un día sí y otro también, en su intento de crear un nexo de conformidad con la interpretación que unos y otros hacen de los acontecimientos.
Pareciera como si de la noche a la mañana nos hubieran hurtado la armonía, la calma, el sentido común, la concordia, la conciliación, el acuerdo, la amistad, la quietud, la unión. No creo que nadie pueda optar por lo contrario a todo esto. Un mundo así no es deseable.
Hengki Koentjoro (Semarang, Java, 1963) ejerce el arte de la fotografía en blanco y negro que, para él, es el verdadero propósito en el viaje expresivo de la vida.
Admiro de su obra la fascinante sencillez de sus fotografías, el extraordinario cromatismo de los grises, negros y blancos, la especial reverencia por lo simple, el refugio hallado en los pequeños momentos de la unión entre el ser humano y la naturaleza y, sobre todo, la ausencia de los enredos humanos.
Hoy les presento su serie Detach que, al hilo de lo que escribo más arriba, pareciera el auténtico antagonismo de los tiempos que estamos viviendo.
Fotografía de portada y fotos: de la serie Detach de Hengki Koentjoro