Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

Hipocresía

Ya hace muchas décadas que Roland Barthes, con motivo de la exposición cumbre de la fotografía humanista The Family of Man, nos pusiera en la senda de la fotografía actual al apostillar críticamente que «reproducir la muerte o el nacimiento no enseña a decir verdad, nada. Sólo eterniza los gestos del hombre para desactivarlos mejor», afirmando como conclusión que «la realidad se encuentra en las injusticias que se ceban sobre las situaciones históricas de las personas y no en la exaltación de ellas».

Hace unos días, la Fiscalía ha sobreseído y archivado la denuncia del partido de Los Verdes que solicitaba se investigara las amenazas de muerte recibidas por el fotógrafo Fernando Bayona, y la censura ejercida por la Universidad de Granada al cerrar la exposición de éste que, bajo el título Circus Christi, se presentaba en sus salas.

La propuesta expositiva hace un recorrido crítico, irónico, obsceno, subversivo e irreverente del Nuevo Testamento presentando a un Jesucristo que descubre que es gay después de tener relaciones con María Magdalena. En esencia, es una narración escenificada y fotografiada de la visión personal, un tanto surreal, que el autor tiene sobre determinados pasajes bíblicos.

Pero de lo que no cabe ninguna duda, es de que el archivo de la demanda nos emplaza ante un atentado más contra la libertad de expresión y frente al triunfo de la intolerancia ultracatólica.

Con todo, llama poderosamente la atención que esas mismas gentes escandalizadas, y que tantas protestas han ejercido (llegando incluso a las amenazas de muerte) no sean capaces de tener los mismos sentimientos y las mismas reacciones ante quienes ocasionan una realidad que posibilita la existencia de imágenes como la que hoy les presentamos.

Por fortuna, hay otras gentes como la profesora israelí Ariella Azoulay que en su libro The Civil Contract of Photography (Zone Books, 2009) viene a otorgar a la fotografía, no ya un uso documental, testimonial o político, sino la condición de instrumento a través del cual otras personas, como los palestinos que carecen de estado, podrían obtener lo que viene a definir como la ciudadanía de la fotografía, algo así como la constatación de su existencia y su realidad, acaso el último refugio que les queda.

Foto: http://alaaventura.wordpress.com/2009/01/06/gaza/