Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

In Memoriam

La vida no suele entender de sentimientos, ni de afectos, ni de nada que tenga que ver con las emociones humanas. La vida es una especie de gran crucigrama que vamos rellenando conforme la vamos atravesando. A veces, encontramos la respuesta a las cuestiones que un día tras otro se nos presentan, en otras ocasiones, nos saltamos la respuesta para ver si más adelante la encontramos y continuar tratando de desvelar los misterios que en ella se encuentran.

La vida no conoce de nuestro dolor, ni sabe de nuestras penas o alegrías, simplemente se desgrana como un reloj de arena, que tarde o temprano dejará escapar el último grano de su contenido.

Nos aferramos a la vida para tratar de rellenar ese gran crucigrama y casi nunca encontramos todas las respuestas antes de que su amiga, la muerte, le de la vuelta al reloj. Es entonces, cuando -de nuevo- todo se pone en marcha otra vez, es entonces cuando a otros les toca empezar a rellenar las cuadrículas, es entonces cuando a nosotros nos toca ayudar a encontrar algunas respuestas.

Para aquellos que aún nos resta buscarlas, siempre nos queda el afecto, el cariño, el recuerdo, la gratitud ante aquellos cuyo reloj dejó de tener arena y que nos ayudaron a rellenar las casillas de nuestro crucigrama. Gracias Teresa.

Foto: Teresa Alvarez Segura, realizada por su marido, el fotógrafo Martín García Pérez