A lo largo de los últimos quince años, primero desde el sitio web y después desde este blog, he proclamado mi vocación de mostrar y comentar aquella obra fotográfica que, de una u otra manera, provocara en mí una pulsión, pero -además- he tratado de presentar aquellas estrategias en las que la fotografía se ha visto envuelta desde finales del siglo XX hasta nuestros días, en un intento de codificar la multiplicidad de planteamientos y propuestas en las que la producción artísitico-fotográfica se ha desarrollado.
En este contexto, no es menos cierto que a lo largo de todo este tiempo me he sentido seducido por modos y formas que se han dirigido a la deconstrucción crítica de los fundamentos tradicionales de la fotografía y que -esencialmente- podría situar en cuatro fundamentos: el relato y la narración, en tanto ejercicio de alegoría ficcional; el teatro del mundo, en tanto artificio y simulacro en el que la ficción y la realidad se confunden; las alegorías de lo ilegible, en tanto clausura de la relación entre obra e interpretación y las derivas de la significación, en tanto suspensión del sentido de la imagen.
La obra que hoy les presento participa de la misión en la que la fotografía se ve envuelta desde hace décadas y representa fielmente uno de los paradigmas a los que he hecho alusión y sirve como ejemplo excelente de la dialéctica en la que realidad y ficción se confunden, en definitiva, una representación del teatro del mundo en el que el simulacro suplanta a la realidad para convertirse en lo real.
Rubén Acosta (Lanzarote, 1976, Islas Canarias) presenta en la galería Photogallery20 (Bilbao) la exposición La ciudad simulada, cuyas imágenes pertenecen a su proyecto de-rendering, que está constituido por fotografías de la ciudad de Dubai, sus edificios, infraestructuras,urbanismo, elementos todos, con los que Acosta reflexiona acerca de los sueños y fracasos de la vida actual, de la locura que desata el capitalismo desenfrenado unido a las aspiraciones y anhelos personales de los dirigentes políticos y la sin razón de un bienestar basado en la construcción de megalópolis como motor de la economía.
El autor confronta todos estos sueños en la visión virtual que nos ofrecen los renders, como instrumentos capaces de crear una imagen que se consolidará como real. Un proyecto que, en definitiva, no deja de ser a su vez otro simulacro más de la realidad o de la irrealidad de la ciudad de Dubai.
Foto portada y fotos: de la serie de-rendering, Rubén Acosta
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