Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

«Las palabras que no encontré» María Luna

La historia del autorretrato fotográfico tiene su origen en la génesis del propio medio (1840) y llega hasta la actualidad en nuestros propios días. Aunque pudiera parecer que esta práctica se acota en sí misma, se puede afirmar que contiene sus propios subgéneros, de manera que a lo largo de todo el transcurso de su dilatada historia podría decirse, siguiendo a la interesante obra de Susan Bright (Auto Focus The Self-Portrait in Contemporary Photography) , que los más significativos vendrían constituidos por el género autobiográfico, el relativo al propio cuerpo, las máscaras, mi yo de estudio y la instantánea.

Con todo y sin despreciar estos importantes intentos de catalogación de tal práctica, en los últimos años y como consecuencia -en parte- de la extensión de la fotografía digital, se han producido algunas repercusiones en el seno de lo fotográfico, no sólo en el ámbito profesional y artístico, sino también en el doméstico, de manera que se plantean serias interrogantes para tratar de ubicar en el contexto de la cultura visual, algunas de todas estas modalidades surgidas a modo de subgénero, y ello como consecuencia del extraordinario desarrollo de las plataformas visuales de Internet, en las que se editan y comparten contenidos visuales personales ad infinitum (You Tube, Vimeo, Flickr, Picasa o FaceBook por citar algunas)

El autorretrato fotográfico comporta enfrentarse a la propia imagen, constituye la opinión que uno tiene de sí mismo, la imagen -a modo de avatar- que queremos transmitir al mundo, imagen que puede ser real o no, verdadera o falsa, metáfora o registro, inocua o crítica, directa o virtual.

La fotografía de autorretrato no deja de ser nuestro propio yo, aunque sea con matices, precisamente aquellos que tal vez no queramos mostrar, o, tal vez, aquellos que no queramos ocultar.

María Luna hace fotografía desde el autorretrato. Se narra a sí misma, disfrazando y transformando la realidad a su antojo, como ella misma dice de sí, en un camino de ida y vuelta hacia el pasado y hacia el presente.

¨Poesías mudas que hablan desde el silencio, pequeñas pausas, pequeñas melodías, no encontré palabras, no se pronunciaron, esperan calladas, para ser buscadas, para ser leídas por ti¨

Una obra fotográfica, la suya, pausada y tranquila, que se nutre de sus estados existenciales y de sus experiencias vitales. Una forma, en definitiva, de narrarnos su vida.

NOTA de la autora: La serie ha sido expuesta recientemente en la Universidad de Huelva y viajará próximamente a Vila Real de San Antonio (Portugal)

Foto Portada y Fotos: De la serie Las palabras que no encontré de María Luna, Todos los derechos reservados

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