Siempre me he sentido inclinado por entender la fotografía como una alegoría, como la ficción por la que se nos presenta algo que significa otra cosa, como el recurso retórico en el que se nos ofrece -a la vez- realidad y ficción y por el que se nos da a entender una cosa expresando otra diferente.
Si tuviera que escoger un fotógrafo, una fotógrafa en este caso, que pudiera ejemplificar lo que acabo de expresar no encontraría a alguien mejor que Marina Gadonneix (1977, París), quien crea – como nadie- escenas, a caballo entre la realidad y la ficción, sobre el misterio, el drama, la catástrofe o el terror.
Desde centros de formación de bomberos (The House That Burns Everyday) a escuelas de la policía científica (Crime Scenes), desde instalaciones militares y laboratorios de investigación (Playground Disorder) hasta estudios de televisión vacíos (Remote Control) Gadonneix nos muestra lugares sobre los que sitúa sus indagaciones y que -como ella misma dice- construimos para hacer frente a la realidad.
En verdad, podríamos decir que ella nos muestra la simulación de la realidad a través de la realidad de la simulación, creando imágenes en las que la ausencia de seres humanos es una constante, en todos y cada uno de los escenarios fotografiados, lo que contribuye a exponernos una especie de docudrama misterioso y fascinante.
No encuentro mejores palabras para concluir mi post que las de la propia fotógrafa:
La realidad suele ser más misteriosa de lo que pensamos y nos puede producir más locura que la propia ficción.
Agradecimientos: @radarqnet www.radarq.net
Foto Portada: de la serie Playground Disorder de Marina Gadonneix
Fotos:
1-4 de la serie Playground Disorder
5-8 de la serie The House That Burns Everyday
9-12 de la serie Crime Scenes
13-16 de la serie Remote Control
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