Fotografía contemporánea por Francisco González Fernández.

Mona Kuhn «Bordeaux»

Al igual que la pintura se acercó desde sus orígenes al desnudo, podría decirse que la fotografía cohabitó con él, desde sus comienzos, casi de forma consustancial e ineludible, aunque bien es cierto que en el tránsito hasta nuestros días, la cultura se ha encargado de distinguir diferentes usos y definiciones, según la fotografía de desnudo se deslizara entre lo sensual y lo sexual, y ello -como es lógico- según los diferentes principios y valores que se han dado a lo largo de la historia y de cada sociedad.

Mona Kuhn (1969, Brasil) realiza hermosas fotografías de personas a las que retrata desnudas, pues entiende que el cuerpo no es más que la residencia en la que habitan los seres humanos, y todo ello lo hace a través de la intimidad, el conocimiento de la iconografía clásica y del uso de la luz de los amaneceres y atardeceres, presentándonos un magnífico retrato de la fragilidad y la complejidad de la naturaleza humana.

Durante quince años ha pasado sus veranos en una pequeña localidad de Francia y en una casa a la que gusta llamar «su taller», donde pasa su tiempo de descanso y hace fotografías de sus amigos y conocidos.

Así nació la serie Bordeaux que hoy les presento, en la que -como ella misma dice- no encontraremos más que la mirada confiada de unos seres humanos que no parecen sentirse desnudos ante la cámara y en las que se aprecia que sus emociones y sentimientos se han quedado en calma.

Foto portada y fotos: de la serie Bordeaux de Mona Kuhn