Siempre me atrajo la capacidad de la imagen fotográfica para describirnos la realidad y -sobre todo- para narrarnos nuevas e insólitas historias. Aún hoy en día no llego a saber cuál de esas dos capacidades es más poderosa, pues si ya es difícil mostrar una realidad que se oculta entre los pliegues de la experiencia subjetiva y personal, más complejo puede resultar poner en evidencia un imaginario fraguado en las vivencias únicas e intransferibles del ser humano.
Hay fotografías que de vez en cuando suelen reunir ambas cualidades y que asombrosamente nos impelen a constatar, tanto lo real como a imaginar lo ficticio. Contemplando esta fotografía de Nadav Kander de su serie Yangtze, The Long River expuesta en la m97 Gallery de Shanghai, no he podido evadirme a sentirme atraído, tanto por lo que nos describe como -esencialmente- por lo que nos sugiere, pues ha sido en esa posible sugerencia que mi mente se ha abandonado a la ensoñación de descubrir nuevos territorios, nuevas historias y acontecimientos y nuevos mundos en los que construir nuestra propia experiencia.
Foto: Chongqing XI de la serie Yangtze, The Long River, Nadav Kander