Smokey Mountain comenzó como un vertedero hace sesenta años en Steung Mean Chey que ahora es parte de Phnom Penh, Camboya. Su apodo nace de la nube gris de humo acre que exuda la constante quema de basura y en sus más de cuarenta hectáreas trabajan más de 3.000 trabajadores eventuales, incluidos unos 600 niños, que limpian todo el vertedero, recogiendo bolsas de plástico, metales, plásticos y papel que luego se ordenan, se limpian, se pesan, y se venden para su reciclaje.
Los recicladores que trabajan en medio de los desechos domésticos y hospitalarios, no pueden permitirse ropa de protección, ni guantes, ni buenas máscaras, ni botas de goma. No hay saneamiento, ni siquiera un grifo de agua fría. Algunos duermen al aire libre en medio de la basura y los humos, y otros -muy pocos- alquilan barracones en los alrededores del vertedero, sin poder evitar la alta contaminación, la delincuencia y las enfermedades acrecentadas por los desechos médicos.
No existe otra opción que trabajar, comer y dormir en medio del vertedero y de los constantes vapores de basura, en un trabajo arduo y penoso para ganar alrededor de 1 dólar por día, en el caso de los adultos y 50 centavos de dólar en el caso de los niños, trabajando -todos ellos- en turnos de día y de noche, utilizando -en este último caso- lámparas de minero para iluminar su camino.
Nigel Dickinson, fotógrafo británico dedicado a la fotografía documental, al fotoperiodismo y al cine documental ha trabajado durante los últimos 30 años en estos campos. Su obra se centra en el medio ambiente, la condición humana, las comunidades marginadas, el desarrollo sostenible, la identidad y la cultura.
El artista resumió el difícil dilema económico que subyace en el corazón de Smokey Mountain de esta manera: «En Asia, comunidades enteras se han desarrollado a partir de la industria de residuos, manejando un 75% de los residuos urbanos. Lo qué es una vida de miseria para algunos, es un ejemplo de desarrollo sostenible para otros. En Asia, las cifras de reciclaje de los recursos creados por el hombre, por esas comunidades, son asombrosamente altos, en comparación con los países occidentales desarrollados. Los sistemas informales de recolección de residuos tienen ventajas ambientales y económicas, por una parte reducen la necesidad de vertederos proporcionando un ahorro de los recursos naturales, y de otra, confieren un medio de vida importante para algunas de las personas más pobres del mundo, con el terrible corolario que -también- supone el acortamiento dramático en sus expectativas de vida a a causa de la mala salud y las malas condiciones de vida. »
Smokey Mountain se expone durante este mes de octubre en la FotoTriennale.dk (Funen – Denmark)
Foto portada y fotos: de la serie Smokey Mountain, Nigel Dickinson.
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